comprometió a lograr que para 2015
todos los niños en edad escolar tuvieran
acceso a una enseñanza primaria gratuita
de calidad aceptable, a acabar con la disparidad
entre los sexos en las escuelas y a reducir
a la mitad el número de adultos analfabetos,
como tres objetivos principales.
La perspectiva del incumplimiento de varias
de estas metas no es exclusiva de Colombia.
En América Latina, al menos trece
países no lograrán sus objetivos
de crecimiento educativo. Pero ya sabemos
lo que eso significa: mal de muchos,...
Resulta incomprensible que el gobierno
de Andrés Pastrana hubiera comprometido
al país con unas metas que de antemano
sabía que no podría cumplir.
Fue una clara demostración de falta
de realismo y planeación, pues no
se tuvo en cuenta el atraso de nuestro sistema
educativo y se subestimaron los devastadores
efectos que el conflicto armado y la corrupción
oficial producen sobre el presupuesto destinado
a la educación.
Ésta es una muestra adicional como
si hicieran falta pruebas de lo que
fue la administración anterior, más
preocupada por proyectar una imagen positiva
de su gestión que por mejorar la
realidad del país.
Además de los esfuerzos necesarios
para modificar las condiciones de violencia
y corrupción que consumen un alto
porcentaje del presupuesto nacional que
podría destinarse a la educación,
en Colombia han faltado visión, voluntad
política y compromiso con el futuro
del país, para entender que el principio
del cambio y la verdadera vía del
desarrollo se encuentran en la educación
misma.
Es indispensable que el gobierno de Álvaro
Uribe mantenga su proyecto de revolución
educativa, y provea los recursos económicos
y logísticos necesarios para desarrollarlo.
Para esto, deberá concentrar sus
esfuerzos en la consecución de ayuda
externa, impulsar las reformas educativas
y económicas, y aumentar considerablemente
las partidas presupuestales dedicadas a
la educación básica para niños
y adultos.
Además, deberá mejorar la
eficiencia de las entidades educativas nacionales,
departamentales y municipales, para que
los recursos sean administrados adecuadamente
y se logren los objetivos de cambio planteados.
Sólo así quienes hoy no conocen
o no entienden su papel en nuestra sociedad
lo aprenderán.
Sólo así quienes no tienen
claro el concepto de democracia, el valor
del voto, sus derechos y deberes, lo entenderán.
Sólo así los millones de
colombianos que no tienen acceso a un buen
trabajo y a unas condiciones de vida dignas
podrán empezar a vivir en paz.
Y sólo así nuestro país
podrá entrar realmente en vía
de desarrollo.
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