El portal de los colombianos en el exterior
Principal
Colombianadas
El Blog
Comida típica
Fotos de Colombia
Democracia a distancia
Personajes
Archivo de columnas
Convertidor de divisas
Traductor
Cosas para bajar
Recomendados

 


Principal > Columnas > Inventario > Semana del 9 a 15 de junio de 2003

En medio de tropiezos arranca negociación.

Por: Jaime Eduardo Prieto Osorio.


Paramilitares/ Levantamiento de cadáveres

Varios medios de comunicación se han ocupado durante los últimos días de revelar y analizar el proceso de negociación que parece estar empezando a dar los primeros pasos entre el Estado colombiano y uno de los principales actores del conflicto armado: los denominados grupos paramilitares o autodefensas.

Después de casi dos décadas de lucha contra las organizaciones guerrilleras en la mayor parte del territorio nacional, los principales ideólogos y comandantes de las autodefensas han decidido promover un acercamiento con el Gobierno, con el fin de explorar las posibilidades de una negociación que podría llevarlos a desmovilizar más de 1.000 hombres fuertemente armados y entrenados.
 

Este podría ser el principio del fin de las actividades armadas de una de las organizaciones más sanguinarias y violentas que recuerde la historia de Colombia. Con su ideario antiguerrillero como telón de fondo, los grupos de autodefensa han cometido todo tipo de crímenes —tanto selectivos como indiscriminados—, tan sangrientos como los de sus enemigos. Cuentan en su haber con un largo y triste prontuario de masacres y abusos contra la población civil, que en poco o nada se diferencian de aquellos que con similares frecuencia y sevicia han ejecutado los integrantes de las FARC y el ELN.

La aparición de los grupos paramilitares se remonta a mediados de los años ochenta, cuando, con el patrocinio o la financiación directa de los principales jefes del narcotráfico, se organizaron frentes de oposición armada a las actividades de la guerrilla, principalmente en las más importantes zonas ganaderas y mineras. Con la conformación de estos grupos se pretendía prevenir y evitar los secuestros, las extorsiones, el abigeato y los saqueos, que eran las principales actividades de los frentes guerrilleros.

Los millonarios aportes de los narcotraficantes permitieron la compra del más sofisticado armamento y la contratación de mercenarios de varias nacionalidades para llevar a cabo el entrenamiento militar. Esto dio un mayor impulso al tráfico de armas hacia nuestro país y alimentó el caos y la descomposición social en el campo y las cabeceras municipales de las regiones históricamente golpeadas por las organizaciones guerrilleras.

Con el paso del tiempo, y como resultado de la falta de presencia del Estado en esas regiones, los paramilitares empezaron a sustituirlo, especialmente en el aspecto militar, con el agravante de no tener límites ni controles legales para sus actividades antiguerrilleras.

El desarrollo de los grupos paramilitares fue visto con buenos ojos por importantes sectores de nuestra clase dirigente, muchos ciudadanos y no pocos miembros de las Fuerzas Armadas, pues su misma ilegalidad les permitía atacar a los guerrilleros con armas y métodos iguales o peores.

El abandono de vastos territorios por parte del Estado, reflejado en la falta de presencia social, política, económica y militar, y en la ausencia de autoridades legalmente constituidas que hicieran cumplir la ley y defendieran a los ciudadanos de los terroristas de las guerrillas, fue siempre la explicación lógica —aunque no la justificación— para la aparición y el posterior crecimiento de los grupos de autodefensa.

Pero tarde o temprano tanta permisividad ante la peligrosa expansión de estas agrupaciones haría peor el remedio que la enfermedad: varios de los frentes de las autodefensas dejaron de defender a los campesinos para luchar por sus propios intereses y los de sus ilegales patrocinadores. Se convirtieron entonces en un reflejo de lo que decían atacar, al dedicarse a las mismas actividades de los grupos guerrilleros; es decir, al narcotráfico, la extorsión, el terrorismo y el despojo de tierras a los campesinos para entregárselas a los narcotraficantes.

Durante los últimos años, figuras representativas de las autodefensas, como Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, han buscado dar a sus organizaciones un carácter más político que paramilitar, con el fin de justificar sus acciones ante las comunidades nacional e internacional y evitar las persecuciones y condenas por parte de éstas.

En el fondo, la estrategia de seguridad democrática del gobierno de Álvaro Uribe, que cada vez tiene efectos más claros sobre el terrorismo, le resta gradualmente sentido y razón de ser a la existencia de las autodefensas. Esto es algo que parecen haber entendido sus comandantes, y sin duda es uno de los factores determinantes en la decisión de buscar un proceso de desmovilización, posterior desarme y final disolución.

Pero éste no será un proceso corto ni fácil. Son varios los bloques y frentes de las autodefensas que todavía no se muestran dispuestos a sumarse a los esfuerzos de paz. Unos, porque prefieren seguir dedicados a actividades tan rentables como el narcotráfico; otros, porque no creen haber culminado su misión de desterrar a los guerrilleros de sus áreas de influencia; y otros más, porque consideran que al desmovilizarse pasarán de las filas de una organización ilegal, pero con un oficio y unos ingresos, a las de la población civil, legal pero sin empleo y con hambre.

Es por esto que se hace indispensable dedicarle al proceso de desmovilización de las autodefensas mucho trabajo y la mayor seriedad. Es preciso diseñar para ellas un programa de reinserción similar al que se está llevando a cabo con los desertores de los grupos guerrilleros. Y lo más importante, en ningún momento y por ningún motivo se puede volver a abandonar a las regiones y los ciudadanos que, aun en medio de su ilegalidad, los paramilitares recuperaron de las garras de la guerrilla.

 
Votación
Colombia
¿Qué hace para sentirse más cerca de Colombia?
Resultados
Comparta sus opiniones

Colombianadas: El Blog

Agregar a favoritos - Hacer de Portalcol.com su página de inicio - Ayuda - Información sobre Portalcol.com
Condiciones de servicio - Política de privacidad - Publicidad - Suscripciones

 
Portalcol.com™ ~ Todos los derechos reservados ~ 2001-2007