predispuestos a que sería un gran
reto jugar sobre él.
En el primer partido, contra México,
los temores parecieron hacerse realidad.
A la selección le costó trabajo
organizarse, y el resultado fue un insípido
empate sin goles. Luego, frente a China,
Colombia ganó 2-1, pero su desempeño
estuvo muy lejos del que sorprendió
al público futbolístico en
el Suramericano por su orden y su efectividad.
El siguiente juego sería ante Finlandia,
que por su condición de local conocía
el terreno mejor que nadie. A Colombia le
bastaba un empate para clasificar a la segunda
ronda. Aun así, muchos periodistas
deportivos pronosticaron que el encuentro
contra los locales sería durísimo.
Y qué sorpresa la que les brindó
la selección. Los delanteros Carlos
Hidalgo y Gustavo Adrián Ramos se
dieron gusto disparando al arco contrario:
prácticamente cada tiro terminaba
al fondo de la red. En las tribunas había
varios miles de aficionados finlandeses,
y sólo unos pocos colombianos. Pero
la fiesta se vistió de amarillo,
azul y rojo. Los jóvenes de la Sub-17
hicieron historia: ganaron ¡9-1!
Nunca antes un seleccionado colombiano
había anotado tantos goles ni ganado
por semejante diferencia en un partido mundialista.
Y hace muchos años no se veía
un seleccionado nacional tan entregado,
tan motivado, tan organizado, tan grande.
La Sub-17 fue impecable y dio una nueva
lección otra más
a todos los futbolistas colombianos, en
especial a los de la selección de
mayores.
Después de la hazaña ante
Finlandia, Colombia se enfrentó en
segunda ronda a Costa Rica, y ganó
2-0, con goles de Hárrison Otálvaro.
Así pasó a semifinales, donde
se encontraría con Brasil. La selección
jugó bien aunque no tan bien
como en los dos partidos anteriores,
pero Brasil fue superior. Supieron concretar
las oportunidades de gol que tuvieron, fueron
más ordenados que el equipo de Eduardo
Lara, y se quedaron con el cupo para la
final, para luego coronarse campeones tras
vencer a España.
Colombia, por su parte, jugó por
el tercer puesto ante Argentina. El partido
terminó 1-1, pero en la definición
desde el punto penal los argentinos se llevaron
el triunfo. En este partido Carlos Hidalgo
marcó su quinto gol del torneo, lo
cual le permitió quedar a la cabeza
de la tabla de goleadores, junto con el
español Francesc Fábregas
y el portugués Manuel Curto.
El cuarto puesto fue más que merecido
para la selección. Y sin duda merecía
aun más. El caso es que estos jóvenes
futbolistas cumplieron más de lo
que se esperaba, y merecen los aplausos
del público futbolístico de
su país. También será
importante que cuenten con todo el apoyo
que necesiten para seguir adelante con sus
carreras deportivas. Es mucho lo que tienen
para darle a Colombia; de hecho, ellos son
el futuro de nuestro fútbol.
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