el patinaje, el levantamiento de pesas
y el ciclismo. Mientras que en la primera
Colombia se llevó el oro en las 12
distintas modalidades, en las otras dos
se alcanzaron 17 y 5 preseas doradas, respectivamente.
Nadie en El Salvador pudo hacer nada contra
los patinadores colombianos, entre los que
estaban los campeones mundiales Diego Rosero
y Cecilia Baena, quienes no tuvieron rival
en las correspondientes pruebas de 10.000
metros por puntos y 300 metros contrarreloj
femenina. También se destacaron en
esta disciplina Miguel Enrique Rueda, quien
se llevó dos oros, y Briggitte Méndez,
Kelly Martínez, Alexandra Vivas,
Sonia Galeano, Nelson Garzón y Alejandro
Aljure, quienes obtuvieron uno. Las dos
medallas restantes se lograron en las pruebas
de relevos.
Por otra parte, en levantamiento de pesas
sobresalieron Carmenza Delgado, Mabel Mosquera,
Tulia Medina, William Solís y Diego
Salazar, con tres oros cada uno, y José
Ruiz, con dos. Otras figuras fueron la ciclista
María Luisa Calle, el bolichero Jorge
Romero, los atletas Albin Rentería
y Luz Castro, el tenista Michael Quintero,
el tirador Diego Duarte, el clavadista Guillermo
Uran y el luchador Freddy Serrano, entre
muchos otros.
Aunque para algunos comentaristas deportivos
la actuación de nuestro país
no fue muy satisfactoria, los triunfos logrados
en El Salvador por la delegación
nacional casi triplicaron los de los Juegos
de hace cuatro años en Maracaibo
(Venezuela). Además, se debe tener
en cuenta que el presupuesto de Colombia
es considerablemente menor al de países
como México y Venezuela, y que el
tiempo de preparación de nuestros
atletas fue mucho más corto que el
de la mayoría de las demás
representaciones.
La única decepción real para
nuestro país fue la causada por la
Selección de fútbol (Sub-18),
que resultó eliminada en la primera
fase del torneo. Tal vez, es por esto que
se critica la participación de la
delegación nacional en los Juegos;
en Colombia abundan los que no sólo
ven el fútbol como el único
deporte que entienden, sino también,
por esto mismo, como el único que
importa. De todas formas, el balance general
es bastante positivo y las expectativas
se excedieron, si se tiene en cuenta que
el objetivo básico era conseguir
al menos 20 medallas de oro.
Ahora las miras están hacia los
próximos Juegos, que tendrán
lugar en Cartagena dentro de cuatro años.
Dadas las difíciles condiciones de
la situación global del deporte en
Colombia, la actuación de la delegación
nacional en El Salvador fue muy buena. Nuestros
atletas volvieron a entregarlo todo, y el
resultado es un merecido tercer lugar para
nuestro país que no puede ser despreciado.
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