Los primeros días de competición
fueron bastante frustrantes: hubo unas pocas
medallas de plata y de bronce, pero ni una
sola de oro. Sobresalieron, eso sí,
deportistas como Natalia Tobar, de 16 años,
que según dijo ella misma
llegó a Santo Domingo "a aprender",
y aun así logró una presea de
bronce en tiro de precisión; y Úber
Escobar, quien se quedó con una de
plata en lucha grecorromana, deporte del cual
no se esperaba mayor cosa.
La primera medalla dorada llegó
el 11 de agosto, en el undécimo día
de competencias, gracias al ciclista sucreño
José Serpa, quien se coronó
campeón de la prueba contrarreloj
individual de 50 kilómetros en ruta.
Serpa, de 24 años, completó
el recorrido en 1 hora, 4 minutos y 45 segundos,
con una ventaja de 40 segundos sobre el
estadounidense Chris Baldwin, quien se quedó
con la plata.
A partir de ese día, las preseas
doradas empezaron a llegar a diario, gracias
al excelente desempeño de la delegación
de levantamiento de pesas. El segundo oro
corrió por cuenta de Nelson Castro,
campeón en la categoría de
56 kilos, y el tercero lo consiguió
Diego Salazar, en los 62 kilos, estableciendo
un nuevo récord panamericano. Y a
continuación, la chocoana Mabel Mosquera
ganó la prueba femenina de los 53
kilos.
Después vino la medalla de oro de
la pedalista antioqueña María
Luisa Calle, quien se coronó campeona
de la competencia de los 3 mil metros persecución
individual en pista. Calle, de 34 años,
paró los cronómetros en 3
minutos, 47 segundos y 422 milésimas,
y venció por 1 segundo y 916 milésimas
a la cubana Yoanka González.
Y luego las pesas volvieron a brillar:
Ubaldina Valoyes (63 kilos), Héctor
Ballesteros (85 kilos), Tulia Ángela
Medina (69 kilos) y Carmenza Delgado (75
kilos) completaron nueve preseas doradas
para Colombia, estableciendo nuevos récords
panamericanos en sus respectivas categorías.
Por si acaso alguien todavía no se
había convencido, quedó más
claro que nunca que las pesas son uno de
los deportes que más triunfos pueden
darle a Colombia. Y podrían darle
muchos más si su práctica
contara con el apoyo que merece.
La última medalla de oro de Colombia
fue la del boxeador Likar Arturo Ramos,
quien venció por puntos (33-12) al
estadounidense Aaron García en la
categoría de los pesos pluma. Es
la primera vez en la historia de los Panamericanos
que un colombiano se queda con una presea
de oro en este deporte.
El ciclismo, las pesas y el boxeo también
ayudaron a sumar medallas de plata y de
bronce. Las demás preseas fueron
alcanzadas en disciplinas como el tiro de
precisión, el atletismo, los bolos,
la gimnasia artística, la lucha libre
y el judo. Colombia terminó en la
novena posición de la tabla de medallería
con un total de 10 medallas de oro, 8 de
plata y 24 de bronce.
La gran decepción de los Panamericanos
fue el patinaje. Teniendo en cuenta las
brillantes actuaciones de los colombianos
en esta disciplina en los Mundiales del
año pasado y en los pasados Juegos
Centroamericanos y del Caribe, es difícil
de comprender que sólo se hayan ganado
dos preseas de bronce una de Cecilia
Baena, en velocidad, y una de Mauricio Jaramillo,
en patinaje artístico.
En fútbol, a pesar de que los periodistas
deportivos no hicieron sino criticar al
equipo, Colombia tuvo una actuación
aceptable. Mientras que los demás
países participaron con sus combinados
Sub-23, Colombia llegó con la Sub-20,
que dirige Reinaldo Rueda. Y aun así,
consiguió llegar hasta semifinales,
y se quedó con el cuarto puesto,
tras perder en definición por penaltis
frente a México.
Es cierto que el desempeño de Colombia
en los Panamericanos pudo ser mejor, pero
si se tienen en cuenta los aprietos económicos
y la desordenada preparación, el
trabajo de los deportistas fue muy bueno.
Ahora lo importante es organizar mejor las
cosas en el aspecto administrativo con miras
a los Juegos Olímpicos de Atenas
2004, para que los atletas sólo tengan
que preocuparse por estar en forma y por
entregar lo mejor de sí mismos en
las competencias. El potencial de los atletas
da para mucho más. Y hay que aprovecharlo.
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