Los nombres de Alfredo Iriarte, Jorge Franco y Santiago Gamboa hoy significan mucho para la literatura colombiana. Sin embargo, esto es relativamente reciente, pues tuvo que pasar mucho tiempo para que la crítica, el público y los medios dieran a estos escritores el reconocimiento que merecían.

El ejemplo más evidente es el de Iriarte, quien publicó su primer libro en 1979, y a quien muchos sólo oyeron nombrar por primera vez luego de su muerte, en diciembre del año pasado. Y aunque quizá Franco y Gamboa han sido más afortunados, sus obras apenas empezaron a sonar con fuerza en los últimos dos años.
 

"Lo que lengua mortal decir no pudo" fue publicado por primera vez en 1979 y es una compilación de crónicas en las que el autor narra diversos acontecimientos de la historia de Colombia y Latinoamérica, dando muestras del gran manejo del lenguaje y del magnífico humor negro que sobresale en toda su obra.

Iriarte murió el 2 de diciembre del año pasado a sus 70 años, y sólo entonces se le dio el lugar de honor que merecía en la literatura colombiana. El autor bogotano era reconocido por su columna "Rosario de perlas" —que publicaba el periódico El Tiempo—, en la cual anotaba todos los errores históricos e idiomáticos que se encontraba, pero no tanto por libros como "Espárragos para dos leones" y "El jinete de Bucentauro", que se destacan entre los mejores de su amplia y rica bibliografía.

Y si Alfredo Iriarte es uno de los más importantes representantes de la historia de la literatura colombiana, Jorge Franco y Santiago Gamboa simbolizan el presente y el futuro de esta. Hoy son considerados, al lado de Mario Mendoza y Sergio Álvarez, entre otros, dos de las figuras más importantes de la "nueva generación" de escritores colombianos.

"Mala noche", publicada por primera vez en 1997, es una oscura novela que habla de una mujer que vive entre dramas ajenos y crímenes, y cuyo único resguardo es la noche. Fue con ella que Franco —autor del famoso "Rosario Tijeras", que ganó el Premio Dashiel Hammet en la Semana Negra de Gijón en 2001— incursionó en el terreno de la novela, un año después de haber publicado el libro de cuentos "Maldito amor".

"Páginas de vuelta", por su parte, cuenta las vidas de Jaime, Arturo y Natalia, quienes viven en una ciudad que el lector va descubriendo poco a poco y que puede ser tres ciudades distintas dependiendo de cuál de los tres protagonistas la está relatando. Gamboa lanzó esta novela en 1995, y con ella demostró el talento como novelista que confirmó luego con "Los impostores" —uno de los libros más vendidos y mejor calificados de 2002—.

"Lo que lengua mortal decir no pudo", "Mala noche" y "Páginas de vuelta": "Tres obras que tienen en común la pluma de tres extraordinarios escritores colombianos, quienes con un estilo propio hacen de estas, sus primeras novelas, obras para no olvidar", como dice el texto publicitario de Planeta. La reedición de estos libros es una buena oportunidad para que la gente redescubra estas grandes obras, y para que quienes no conozcan a Alfredo Iriarte, Jorge Franco y Santiago Gamboa vean por qué estos nombres representan tanto para nuestra literatura.