Nadie puede negar que 2002 fue un año duro para el país. Pero si no hubiera sido por las sorpresas, alegrías y motivos de orgullo que llegaron en materia de cultura, habría sido aún más difícil seguir adelante. Teniendo en cuenta todos los sucesos en las áreas de la literatura, la música, las artes plásticas y el cine, podemos decir con seguridad que —a pesar de todo— Colombia tuvo un año muy positivo en materia de cultura.

Indudablemente, el mayor acontecimiento cultural del año en Colombia corrió por parte de nuestro Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. El lanzamiento del primer tomo de sus memorias, "Vivir para contarla", supuso un hecho sin precedentes en el país; no sólo por la impresionante acogida

que tuvo por parte de la gente, sino obviamente también por lo que es la obra en sí y por lo que ésta representa para Colombia y su literatura.

Pero no podemos pasar por alto un hecho tan memorable como lo fue la entrega del Premio Cervantes —para algunos, el Nobel de las letras españolas— al novelista y poeta bogotano Álvaro Mutis. Y por su parte, la denominada nueva generación de la literatura colombiana no se quedó atrás; Mario Mendoza conquistó el Premio Biblioteca Breve con su novela "Satanás", Sergio Álvarez se llevó el Memorial Silverio Cañada en la Semana Negra de Gijón por "La lectora" —que después sería adaptada a una telenovela por el canal RCN— y Santiago Gamboa se hizo notar en Latinoamérica y España con "Los impostores".

De igual manera, la música colombiana se consolidó a lo largo del año como una de las más difundidas en Latinoamérica y entre la población hispana de Estados Unidos y Europa. Y no fue únicamente con los artistas contemporáneos, sino también con representantes de la música tradicional, como Totó La Momposina y Petrona Martínez, quienes estuvieron nominadas a los Grammy latinos, y Mayte Montero, gaitera del conjunto La Provincia, que toca con Carlos Vives, cuyo disco "Sin control" ha sido bien acogido tanto por el público como por la crítica.

Así como Vives siguió recolectando éxitos con su disco "Déjame entrar", entre ellos el Grammy estadounidense al Mejor Álbum Tropical Tradicional y los Grammy latinos al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo y a la Mejor Canción Tropical, Shakira continuó ganando fans a lo largo y ancho del mundo con "Laundry Service" y recibió el Grammy latino al Mejor Video Musical, entre otros premios.

Y mientras Juanes regresó con su nuevo trabajo "Un día normal", cuyo tema "A Dios le pido" le significó el Grammy latino a la Mejor Canción de Rock, y fue nombrado "Artista latino revelación" por la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España, Cabas rescató ritmos algo olvidados por el público como el bullerengue y el porro, añadiéndoles su toque de guitarras y baterías de rock, y se ganó la admiración de los medios nacionales e internacionales.

Además, dos de los más importantes dúos de la historia del rock nacional regresaron a los escenarios y presentaron recopilaciones de sus mayores éxitos tras estar ausentes por algún tiempo; Aterciopelados, compuesto por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, lanzó el disco "Evolución", que reúne 17 de sus más populares canciones, y Compañía Ilimitada, integrado por Juan Manuel Pulido (Juancho) y Camilo Jaramillo (Pyyo), presentó "Años en hi-fi", con temas como "Contacto" y "Siloé".

En materia de artes plásticas, el que más dio de qué hablar fue Fernando Botero, quien en abril cumplió 70 años. En febrero, fue condecorado con la Orden de la Legión de Honor de Francia, por sus aportes a la cultura universal y sus vínculos con ese país, y en noviembre recibió el Premio Américas 2002, por contribuir con su obra a mantener buenas relaciones entre los países del continente americano.

Sin embargo, el suceso más importante del año en este campo de las artes fue tal vez la exhibición de la Colección RAU en la Casa de la Moneda de Bogotá. La respuesta de la gente fue más que satisfactoria, luego de que 130 mil personas visitaran la muestra durante los 67 días que duró esta. Y también vale la pena destacar muestras como "Rembrandt en Colombia; Grabados", durante la cual se exhibieron en el Museo Nacional algunas de las obras más importantes de este artista holandés, y "Enrique Grau: La ilusión de lo real", del Museo de Arte Moderno, que destacó la obra de este importante artista cartagenero.

Y por el lado del cine, 2002 también fue un año lleno de éxitos para Colombia. Las películas "Bolívar soy yo", de Jorge Alí Triana, y "Como el gato y el ratón", de Rodrigo Triana, fueron muy bien recibidas por los públicos nacionales e internacionales, y mientras que la primera ganó los premios Ombú de Oro y de Plata en el Festival de Cine de Mar del Plata (Argentina), la segunda se llevó el Sol de Oro en el Festival La Cita de Biarritz (Francia).

Similarmente, "Real women have curves" de Patricia Cardoso fue bañada en elogios por la crítica de Estados Unidos y considerada una de las 10 mejores cintas del año por varios periódicos de ese país, y "Things you can tell just by looking at her", de Rodrigo García, se exhibió exitosamente en las salas de varios países europeos.

El año que entra promete bastante para la cultura nacional. Con toda seguridad, nuestros escritores, artistas y cineastas seguirán cosechando éxitos y poniendo su grano de arena por Colombia y su imagen en el mundo. Y a pesar de las múltiples inquietudes con respecto a las repercusiones que tendrán sobre la cultura las reformas y los recortes de presupuesto del Estado, podemos confiar en que el Gobierno sabrá valorar todo lo que esta representa para el país. Ahora necesitamos a la cultura más que nunca, principalmente por las razones que nos da para no perder el optimismo y trabajar con miras al futuro de Colombia.